La sociocracia es un modelo de gobierno y de toma de decisiones que facilita la auto-organización de los equipos. Su significado proviene del latín societas (sociedad) y del griego krátos (autoridad), definiéndose como el gobierno de los socios. Es decir, son personas que se encuentran vinculadas a través de relaciones significativas.
Su objetivo principal se enfoca en el desarrollo de la corresponsabilidad y coparticipación de los actores, otorgándoles en el proceso el poder de la inteligencia colectiva.
¿Cómo ayuda la sociocracia a tu empresa u organización?
Las motivaciones para implementar este sistema de gobernanza pueden ser muy diversas y variar según los objetivos primarios de cada compañía.
Dentro de sus principales beneficios, están:
- Una nueva visión de organización.
- La horizontalidad en las metodologías de la empresa.
- El acercamiento de la toma de decisiones entre todos los miembros.
- Incentiva una forma de gestión participativa.
- Aumenta el nivel de consciencia, la capacidad de compromiso y de colaboración de cada uno de los integrantes.
- Ayuda a encontrar nuevas posibilidades y soluciones.
Dentro de cualquier organización, las personas que desempeñan un rol específico poseen conocimientos especializados y profesionales de su área. De este modo, se encuentran en una posición privilegiada para contribuir en mejorar su propio trabajo y superar obstáculos. Sin embargo, esta sabiduría es reprimida al establecer un liderazgo jerárquico y autoritario que impide el flujo de saberes dentro de la empresa.
Actualmente, la revolución digital acelera y causa cambios constantes que lleva a las estructuras muy rígidas a caer en crisis rápidamente, impidiendo reaccionar a tiempo ante los imprevistos. Por su parte, la sociocracia permite que la auto-organización gestione efectivamente cualquier problema que pueda presentarse.
Las 4 reglas sociocráticas
Si bien, la sociocracia es de gran beneficio para el funcionamiento de una compañía, es fundamental conocer y utilizar sus principios adecuadamente.
Círculos
Dentro de cada círculo se establecen relaciones de igualdad, sus miembros trabajan por y para un mismo objetivo. Por ello, se encuentran encargados de las tomas de decisiones internas para establecer una guía de operaciones diarias.
El doble enlace
Los círculos funcionan a través de un doble enlace, garantizando el flujo de información y decisiones dentro de la organización. Su dinámica consiste en que la persona nominada como coordinadora dentro de un determinado círculo junto a otro miembro nominado como representante, están presentes en las reuniones de los círculos con propósitos más generales.
Una vez concluida estas reuniones, estas personas son las encargadas de comunicar toda la información al resto de los miembros del círculo. Si en la base de un círculo inferior surgen soluciones, serán propuestas y llevadas hasta los círculos con propósitos más concretos.
Toma de decisiones
Las decisiones se realizan mediante el consentimiento, cada persona expresa si puede aceptar o no determinadas circunstancias. En el caso de presentar una objeción podrá comunicar alternativas que mejoren la propuesta inicial. Algo muy habitual es preguntar si la decisión a tomar es suficientemente buena y segura para avanzar como círculo.
Realización de tareas
En la dinámica de los círculos las personas que los componen nominan quién es el mejor integrante para desempeñar determinada tarea y el lapso de tiempo para culminarla. Tanto el facilitador como el coordinador del círculo están al servicio para acompañar a los miembros en el reto de cumplir las actividades con éxito.
Hoy en día, las empresas pueden seleccionar los elementos más útiles para instaurar un modelo sociocrático que vaya acorde a la misión y visión de la organización y sus miembros. Siendo ideal para quienes desean experimentar un nuevo paradigma igualitario donde se potencie la colaboración, el talento y la gestión participativa.
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